Seguir cometiendo los mismos errores, no importa cuántos años hayan pasado desde la última vez que lo hiciste.
Víctimas de una generación perdida, que ahoga a gritos la agonía de un futuro sin futuro. Nos anestesiamos en cualquier bar de mala muerte, que sirva copas edulcoradas con unas pocas sonrisas, que falta nos hacen.
Y da igual, porque aquí estamos ya todos los que somos. Los que se han ido ya no están y poco importa, cuando te has quedado con lo mejor del camino. Y puede que hayamos quedado pocos, muy pocos, pero por lo menos aquí nadie está de más.
Y aunque ahora la distancia es mayor y más puta de lo que fue hace tiempo (justo igual que nosotras), intentamos guardarnos más cerca los escapismos de la realidad.
Qué importa el futuro cuando está todo en el aire… mientras sigamos brindando por esos momentos que no queremos dejar escapar.
Reblogueó esto en Paso de tu Rollo Imaginario.
Me gustaMe gusta